Cuando existe situaciones a las cuales una persona no puede asimilar ciertos acontecimientos que pueden resultar ser estresantes y estos tienen una afectación en la vida personal del individuo, se podría estar hablando de un trastorno adaptativo el cual, dentro del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V) usado por la psiquiatría, este trastorno está incluido dentro de los trastornos mentales relacionados con traumas y factores estresantes.
Según la Psiquiatra española, Teresa Guilera Lladós, el trastorno adaptativo se manifiesta de la siguiente manera:
- El malestar emocional aparece en respuesta a un estresante identificable.
- Se produce en los tres meses siguientes al inicio del origen del estrés.
- El malestar es más intenso y desproporcionado a la gravedad o intensidad del factor estresante, teniendo en cuenta el contexto y los componentes culturales que pueden influir.
- Implica un deterioro significativo de la actividad social, laboral o académica.
- Los síntomas no se corresponden a una reacción normal de duelo.
- Una vez ha finalizado el estresante, o sus consecuencias, los síntomas no persisten más de seis meses.
- Si los síntomas duran más, debe plantearse otro diagnóstico.
- Los trastornos adaptativos tienen una alta prevalencia en la población general, supone una carga asistencial para los médicos de familia, un alto número de bajas laborales y un gran gasto farmacéutico.
Según Guilera, es importante darle la importancia necesaria a este trastorno atendiendo a los síntomas que presenta el individuo al atravesar este malestar emocional, así como “es importante no posponer el inicio de tratamiento psicofarmacológico cuando el cuadro comienza a ser patológico”; Sin embargo, también insta a tener cuidado y no “psiquiatrizar” las emociones habituales que se pueden dar cuando se experimenta algún cambio.
Se debe tener presente que es relativamente normal que distintos tipos de trastornos adaptativos estén presentes en la cotidianidad puesto que los seres humanos están frente a cambios constantes a los cuales se les debe hacer frente, todo dependerá de la importancia del cambio, el ámbito en el cual se desarrolle, la personalidad, experiencias anteriores y la capacidad de manejar el estrés y/o resolver dificultades.
La Dra. Guilen hace algunas recomendaciones para cuando las personas se encuentren en épocas de cambios:
- Identificar y reconocer las emociones que se están experimentando.
- No tomar decisiones importantes mientras haya sintomatología depresiva y ansiosa.
- Afrontar sin miedo la situación y no buscar formas de evasión que no nos llevan a ninguna parte.
- Aceptar la parte de responsabilidad que tenemos en la situación que estamos viviendo.
- Si cambiamos la actitud, nos daremos cuenta de que es posible mejorar nuestra capacidad de ver, entender y disfrutar de la vida. Los cambios que la vida nos plantea pueden darnos la oportunidad de mejorar la calidad de vida.
- El miedo al cambio nos genera insatisfacción. Si nos resistimos al cambio durante mucho tiempo, podemos llegar a sentirnos víctimas e, incluso, podemos llegar a culpar a los demás de nuestra insatisfacción personal.
- No poner excusas para no cambiar, y no esperar a que sean los otros los que cambien. El cambio forma parte de nuestra vida y debemos educar desde pequeños a nuestros hijos para que toleren la frustración y se adapten a las circunstancias adversas.
- Si ante una situación de cambios que nos desborda se necesita ayuda profesional, el médico de familia es el primero que puede detectar aquellos trastornos adaptativos que no evolucionan favorablemente y derivar al paciente a los profesionales de la Salud Mental. La persona necesita explicar todo lo que le ha pasado, necesita ser escuchada. Y, sobre todo, sentir que alguien entiende su sufrimiento y quiere ayudarla. De esta manera las emociones pueden ser identificadas y elaboradas. El trastorno adaptativo no mejorará si no se puede reconocer todo lo que ha pasado.
Así como también alerta a pedir ayuda emocional si:
- El malestar emocional dura más de un mes.
- El malestar interfiere de forma significativa en la adaptación laboral, social y familiar. Es decir, si la persona no se ve capaz de ir a trabajar y se encuentra de baja laboral; o no quiere salir con los amigos habituales y abandona las actividades de ocio que siempre había hecho. Y también cuando afecta al entorno familiar, ya sea con una falta de comunicación y tendencia al aislamiento, o bien cuando se muestra más irritable y con una falta de control de los impulsos. No debemos olvidar que es en el entorno familiar donde la persona tiene la confianza para mostrar su malestar sin aparentar una fortaleza que no tiene en ese momento.
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Fuente:
Avantmedic.com
Teresa Guilera Lladós, Psiquiatra – Institut de Recerca Biomèdica de Lleida.