El tabaco tiene los más altos índices de adictos al rededor del mundo, Según la Organización Mundial de la Salud existen unos 1.300 millones de fumadores y cada día, 100 mil jóvenes menores de 18 años comienzan a fumar.
Según estudios, se dice que más del 90% de fumadores no conocen exactamente las consecuencias de fumar un cigarrillo, y si conocen que es perjudicial no lo toman en serio, pues la mayoría cree que los daños son a largo plazo y que no desencadenan otras enfermedades, cuando le preguntas a un fumador si conoce las consecuencia y secuelas que deja fumar, en sus mayoría responden CANCER, pero no responden por conocimiento sino porque alguna vez lo escucharon de un tercero.
En este blog te queremos hablar de las consecuencias de fumar y las grandes posibilidades que tienes hoy para dejarlo y que tu cuerpo y vida en general se empiecen a ver restauradas, después de una vida de tabaquismo.
El humo del cigarro tiene más de siete mil sustancias tóxicas, entre las que se cuentan nicotina, amoniaco, dióxido y monóxido de carbono, propano, metano, acetona y cianuro de hidrógeno, junto con algunos agentes cancerígenos. Esas sustancias viajan desde tu boca hasta invadir tus pulmones, contaminando la sangre. Esa sangre fluye por las arterias, llega al corazón y la lleva a recorrer tus tejidos y órganos de todas las partes de tu cuerpo.
Cuando llega a tu cerebro, la nicotina altera el balance químico, lo que va provocando adicción. En el recorrido de la sangre, tus tejidos se inflaman, los vasos sanguíneos se endurecen y se estrechan, aumenta el nivel de triglicéridos y disminuye el colesterol “bueno”. Tu sistema inmunitario se activa para atacar las sustancias tóxicas y se incrementa la producción de glóbulos blancos como mecanismo de defensa.
El consumo frecuente del tabaco provoca la aparición de arrugas prematuras, piel opaca, dientes amarillos, flacidez y cabello seco. La adicción al tabaco también es causante de enfisema, bronquitis, coágulos sanguíneos, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, así como las enfermedades respiratorias como la bronquitis
Los fumadores tienden a tener ropa, cabello y humos con mal olor, desarrollan mal aliento y manchas amarillentas o marrones en los dientes. Su apariencia física tiende a deteriorarse rápidamente, pues el cigarrillo ocasiona arrugas prematuras, pérdida de dientes y un cambio súbito en su peso.
Las úlceras estomacales y el sistema inmune debilitado también son efectos secundarios posibles del cigarro que podría experimentar.
En el caso de los jóvenes, hay una alta probabilidad de que sigan fumando en la madurez. Como resultado, esto dañará su función y crecimiento pulmonar.
De acuerdo con un nuevo estudio australiano, las mujeres fumadoras podrían experimentar peores cólicos menstruales que las que no lo hacen. Probablemente se deba a que la cantidad de oxígeno que llega al útero disminuye cuando se tiene el hábito de fumar.
Los investigadores dicen que las mujeres que comenzaron a fumar a temprana edad tienen un riesgo del 56 % de tener menstruación dolorosa.
Muchas personas no comienzan a sentir los efectos secundarios graves del cigarro sino hasta años después. Una vez que comienza a sentir los síntomas, sabrá que el daño está hecho y que no hay vuelta atrás. Algunos efectos secundarios de fumar cigarrillos son:
Es verdad que el fumar puede afectar de manera irremediable tu cuerpo y tu vida en general, pero si hoy tomas la desicion de dejarlo y empezar de nuevo antes de sentir de manera irremediable las consecuencias de llevar una vida de tabaquismo, te explicamos qué sucede en tu cuerpo cuando dejas de fumar desde los primeros minutos:
Primeros 20 minutos: Tu pulso, presión sanguínea y temperatura de manos y pies, regresan a rangos normales.
8 horas: El restante de nicotina que queda en tu cuerpo baja al 6,25%.
12 horas: Los niveles de oxigenación de la sangre vuelven a sus niveles normales.
1 día: Tus niveles de ansiedad llegan al máximo y tomará dos semanas antes que vuelvan a la normalidad.
2 días: Las terminaciones nerviosas dañadas empiezan a regenerarse y tu sentidos del olfato y gusto se normalizan. Tu irritabilidad producto de la falta de nicotina, llega a su nivel más alto.
3 días: Si te realizan un examen, no se detectarán rastros de nicotina. El 90% de la nicotina ya fue sintetizada y eliminada a través de la orina. Tu ansiedad y ganas de fumar aumentan. El funcionamiento pulmonar comienza a mejorar.
Una semana: Tendrás al menos tres episodios de fuertes deseos de fumar durante el día, los cuales tendrán un máximo de 3 minutos de duración, aunque te parecerán horas.
10 días: Tus episodios de desenfrenado deseo por fumar se reducen a 2 por día.
2 semanas: La circulación sanguínea en tus encías vuelve a la normalidad, tu adicción y ganas de volver a fumar dejan de controlarte.
Entre 2 y 4 semanas: Los síntomas psicológicos por la abstinencia de nicotina (ansiedad, irritabilidad, insomnio), terminan.
3 semanas: Tus receptores de acetilcolina, que controlan la respuesta de tu cerebro ante la nicotina, se regulan y la unión entre los receptores ya es normal.
De 3 semanas a 3 meses: Tu circulación sanguínea mejora y la tos de fumador desaparece.
8 semanas: Puedes empezara notar un cambio en tu peso, la resistencia en la insulina en fumadores se normaliza.
Entre 2 y 9 meses: La congestión, fatiga y falta de aliento decrece fuertemente. Los cilios pulmonares vuelven a crecer y son capaces de manejar la mucosidad, manteniendo los pulmones limpios, evitando infecciones.
Primer año: Tus posibilidades de sufrir un ataque cardíaco o accidente cerebrovascular, disminuye a la mitad de la de un fumador.
5 años: Los riesgos de sufrir una hemorragia subaracnoidea disminuyen en un 59% con respecto a los de un fumador. En mujeres, las posibilidades de padecer diabetes son las mismas de quienes nunca fumaron.
De 5 a 15 años: Las posibilidades de sufrir un accidente cerebrovascular son las mismas que las de un no fumador.
10 años: Los riesgos de padecer cáncer al pulmón son entre un 30% y 50% menores que los de un fumador. Tus posibilidades de morir de un cáncer pulmonar son la mitad que si fumaras.
15 años: Las posibilidades de padecer problemas cardíacos son las mismas que las de un no fumador, lo mismo para el cáncer de páncreas.
20 años: En el caso de las mujeres, los riesgos de morir por patologías asociadas al tabaquismo son las mismas que las de quienes nunca han fumado.
Ahora ya sabes, que existe la posibilidad de que tu cuerpo se recupere drásticamente, no importa cuando tiempo llevas fumando date la oportunidad a ti y a los que te rodean de vivir de nuevo.