¡La meningitis! Una enfermedad que puede dejar graves secuelas o incluso causar la muerte. ¡Entérate!

¡La meningitis! Una enfermedad que puede dejar graves secuelas o incluso causar la muerte. ¡Entérate!

14

sep

El término meningitis significa “inflamación de las meninges”. Se produce por el ataque de microorganismos (infecciones), sustancias químicas o fármacos. Es una situación de riesgo para la vida de la persona, por lo que su diagnóstico se debe realizar de manera rápida. La meningitis bacteriana es muy grave y puede ser mortal en tan solo unas pocas horas.

Las meninges son tres membranas que recubren y protegen el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal). Su función principal es la protección ya que actúan como un filtro o barrera selectiva, impidiendo la entrada de microorganismos, sustancias y micropartículas perjudiciales para el sistema nervioso. Además, las meninges producen el líquido cefalorraquídeo, que puede amortiguar los pequeños golpes o traumatismos en la cabeza. Cuando se infectan solo las meninges se habla de meningitis, pero en algunas ocasiones, la bacteria se introduce en la sangre y se disemina, denominándose sepsis meningocócica, puede ocurrir que se den ambas afecciones a la vez, sin embargo en esta oportunidad hablaremos de la meningitis.

Factores de riesgo

Ciertas personas tienen mayor riesgo de contraer meningitis bacteriana. Algunos de los factores de riesgo son los siguientes:

  • Edad

Los bebés tienen mayor riesgo de presentar meningitis bacteriana en comparación con las personas de otros grupos de edad. Sin embargo, las personas de todas las edades pueden presentar meningitis bacteriana. 

  • Entornos comunitarios

Las enfermedades infecciosas tienden a transmitirse cuando se reúnen grupos grandes de personas. 

  • Ciertos problemas médicos

Existen ciertas afecciones, medicamentos y procedimientos quirúrgicos que aumentan el riesgo de que las personas contraigan meningitis.

  • Trabajar con patógenos que causan meningitis

Los microbiólogos se exponen en forma rutinaria a las bacterias que causan la meningitis y, por lo tanto, tienen un riesgo mayor de contraer la enfermedad.

  • Viajes

Los viajeros que visitan el cinturón de la meningitis en el África subsahariana, particularmente durante la temporada seca, o que van a la Meca durante los peregrinajes anuales de hach y umra están en mayor riesgo de contraer la meningitis meningocócica.

Cómo se transmite

Los microbios que causan la meningitis bacteriana se transmiten de persona a persona. Algunas bacterias pueden transmitirse por el intercambio de secreciones respiratorias y de la garganta (saliva o esputo) cuando hay un contacto cercano o prolongado (por ejemplo, al toser o besarse), especialmente si las personas viven en el mismo hogar.  

Afortunadamente, la mayoría de las bacterias que causan la meningitis no son tan contagiosas como los virus que causan el resfriado común o la influenza (gripe). Las bacterias no se transmiten mediante el contacto casual ni tampoco por solo respirar el aire en donde ha estado una persona con meningitis bacteriana; Otras bacterias que causan la meningitis no se transmiten de persona a persona, pero pueden provocar la enfermedad si la persona tiene ciertos factores de riesgo, tales como el sistema inmunitario debilitado o traumatismos en la cabeza. 

Tipos de meningitis

  • Bacteriana: 

Esta es la forma más conocida de la enfermedad. Los diferentes microorganismos que pueden provocar este tipo de infección dependen de la edad del paciente y de otros factores como por ejemplo, el estado del sistema inmune del enfermo. Este sistema es el encargado de proteger al cuerpo humano de las agresiones externas como son las infecciones; Su mal funcionamiento implica una mayor predisposición a padecerlas. En neonatos (menores de un mes de nacidos) las bacterias implicadas son las relacionadas con el canal del parto (Streptococcus agalactiae) en relación con la colonización materna en el canal del parto, coli y Listeria monocytogenes. En mayores de tres meses los gérmenes más frecuentes son neumococo (N. Meningitidis), Haemophilus influenzae y estreptococo (S. Pneumoniae). Son las meningitis más graves, pero también las menos frecuentes, su incidencia ha disminuido gracias a la vacunación. 

  • Viral o aséptica: 

Esta forma de enfermedad suele implicar mucho menos peligro para la vida del paciente. También se le conoce como aséptica porque los estudios encargados de demostrar la presencia de microorganismos en las muestras suelen dar negativo. Virus como la varicela, la gripe, el sarampión o el herpes pueden causar una meningitis, este tipo es mucho más común en los niños. 

  • Fúngicas: 

Son causadas por hongos, Son muy poco frecuentes y suelen afectar a niños con el sistema inmunológico muy deprimido.

Síntomas

Una vez contagiada, una persona puede tener los primeros síntomas entre los dos y los diez días posteriores al contagio. En ocasiones tiene un comienzo brusco con síntomas similares a los de un catarro o una gripe. Los más frecuentes y que anuncian la gravedad son:

  • Fiebre alta.
     

  • Dolor de cabeza intenso.
     

  • dire de la nuca.

Esta rigidez consiste en la resistencia de la musculatura cervical a la flexión activa o pasiva de la cabeza, asociada a dolor local.

  • Vómitos bruscos. 

  • Somnolencia.

  • Pérdida de consciencia.

  • Agitación, delirio y/o convulsiones.

  • Manchas de color rojo-púrpura en la piel.

(Petequias que han evolucionado); Éstas implican una mayor gravedad.

Algunas meningitis virales pasan casi desapercibidas. Pueden pasar como simples gripes ya que solo se acompañan de fiebre, síntomas catarrales y dolor de cabeza. En los casos leves no se llegan nunca a diagnosticar y se curan por sí solas, sin tratamiento y sin secuelas en siete o 10 días.

Signos en los recién nacidos

Los recién nacidos y los bebés pueden mostrar los siguientes signos:

  • Fiebre alta.

  • Llanto constante.

  • Somnolencia e irritabilidad excesivas.

  • Inactividad o pereza.

  • Alimentación deficiente.

  • Una protuberancia en el punto blando (fontanela) en la parte superior de la cabeza del bebé.

  • Rigidez en el cuerpo y cuello del bebé.

Puede ser difícil consolar a los bebés con meningitis e incluso pueden llorar más cuando se alzan. 

Cuando las bacterias invaden las meninges y el espacio subaracnoideo, el sistema inmunitario reacciona contra los invasores y las células inmunitarias se concentran para defender al organismo contra ellos. 

El resultado es la inflamación (la meningitis) que puede causar complicaciones tales como:

  • Coágulos de sangre: 

Si es grave, la inflamación puede extenderse a los vasos sanguíneos del cerebro y ocasionar la formación de coágulos, lo que en ocasiones puede provocar un infarto cerebral.

  • Hinchazón encefálica (edema encefálico): 

La inflamación puede dañar el tejido encefálico, provocando hinchazón y pequeñas zonas hemorrágicas.

  • Aumento de la presión dentro del cráneo (presión intracraneal o presión endocraneal): 

Si la hinchazón es intensa, puede aumentar la presión en el interior del cráneo, haciendo que algunas partes del encéfalo se desplacen. Si estas partes se deslizan a través de alguna de las aberturas que separan el cerebro en compartimentos, se produce un trastorno potencialmente mortal denominado herniación cerebral.

  • Exceso de líquido en el encéfalo: 

El cerebro produce continuamente líquido cefalorraquídeo. La infección puede bloquear el flujo de este líquido a través de los espacios existentes en el interior del cerebro (ventrículos cerebrales) y fuera de él. En tales circunstancias se puede acumular líquido en los ventrículos, aumentando su tamaño (un trastorno conocido como hidrocefalia), a medida que el líquido se acumula, puede ejercer presión sobre el cerebro.

  • Inflamación de los nervios craneales: 

La inflamación puede extenderse a los nervios craneales, responsables de la vista, el oído, el gusto, y el control de los músculos y glándulas faciales. La inflamación de estos nervios puede causar sordera, visión doble, y otros problemas.

  • Empiema subdural: 

A veces se produce una acumulación de pus bajo la capa exterior (duramadre) de las meninges, causando un empiema subdural.

  • Problemas en todo el cuerpo: 

Estos problemas incluyen choque séptico (presión arterial peligrosamente baja debida a una infección bacteriana de la sangre) y coagulación intravascular diseminada (desarrollo de pequeños coágulos de sangre en todo el torrente sanguíneo, que pueden acabar conduciendo a un sangrado excesivo). Estos problemas pueden ser mortales.

Diagnóstico

Si se presume que se trata de un caso de meningitis, se recolectan muestras de sangre o de líquido cefalorraquídeo, y se envían al laboratorio para su análisis. Es importante saber la causa específica de la meningitis porque esto ayuda a los médicos a comprender cómo tratar la enfermedad y detectar, qué tan grave puede llegar a ser. En los casos de meningitis bacteriana, los antibióticos pueden prevenir que la enfermedad se agrave y reducen la probabilidad de que también se enfermen las personas que están en contacto cercano (esto depende de cuál sea la bacteria que causó la infección).

Si hay bacterias presentes, a menudo puede hacerse un cultivo. El cultivo de las bacterias en laboratorio es importante para confirmar su presencia, identificar el tipo específico de bacteria que está causando la infección y decidir cuál es el antibiótico que funcionará mejor. Existen otras pruebas que en ocasiones pueden identificar a las bacterias cuando los cultivos no logran hacerlo. La meningitis bacteriana es muy grave y puede tener graves secuelas si se demora el tratamiento, por lo que, ante la más mínima sospecha lo mejor es acudir al hospital.

Jeinny Yuliany Tovar, Autor

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